Los incendios pueden darse en cualquier lugar: desde hogares, oficinas, en el coche o estando de vacaciones. Es por ello que, si tenemos la información adecuada y los medios, podemos sofocarlos en su fase inicial y prevenir así un mal mayor y sus consecuencias.
Las mantas ignífugas son pequeños accesorios, aún poco conocidos, que pueden guardarse fácilmente por su leve peso y ocupan poco espacio, pero pueden salvarnos de un gran susto con muy poco esfuerzo. Por eso, aquí te contamos todo lo que debes saber sobre este objeto de prevención contra incendios:
¿Qué son las mantas ignífugas?
Las mantas ignífugas son una herramienta esencial para controlar pequeños incendios en hogares, cocinas y lugares de trabajo y, además, sirven para evitar posibles quemaduras durante el proceso de evacuación en un edificio en llamas o accidentes de tráfico.
Están fabricadas en materiales resistentes al fuego como la fibra de vidrio o fibra de nomex, y están diseñadas para colocarse sobre un fuego y así sofocarlo, al cortar el suministro de oxígeno y evitar que se propague. Las mantas ignífugas son versátiles y se pueden usar para una variedad de propósitos, lo que las convierte en una excelente inversión para cualquier persona preocupada por la seguridad contra incendios.
Cómo usar una manta ignífuga
- En primer lugar, se debe tirar simultáneamente de los tiradores que sobresalen para sacar la manta.
- Una vez hecho, basta con desplegar la manta y girarla hacia adentro empleando los tiradores negros para protegernos las manos.
- Debemos colocar la manta sobre uno mismo para garantizar la protección personal o cubrir el fuego en caso de querer sofocarlo.
- Por último, deja la manta cubriendo las llamas durante al menos 20 minutos.
¿Qué usos podemos darle a una manta ignífuga?
Pese a que no son herramientas que se empleen mucho a nivel particular, aquí os contamos algunos de los usos que le podemos dar a las mantas ignífugas:
- Extinción de fuegos en cocina producidos por sartenes.
- Elemento de protección activa contra el fuego ante conatos de incendios.
- Apagar fuegos en vestimentas de personas u objetos.
- Protección personal durante los procesos de evacuación de un incendio.
- Protección personal para personas que hayan sufrido un accidente de tráfico.
- Sofocar posibles incendios en autocaravanas o campings (evitando una tragedia mayor, tanto a nivel personal como ambiental).
En resumen, es un elemento básico de protección, muy útil por su fácil uso y reducido tamaño y que puede emplearse en: cocinas profesionales, hogares, vehículos, de vacaciones en campings o autocaravanas, en edificios de oficinas o comerciales y, además, como uso profesional para ayuda a evacuaciones.
Seis ventajas por las qué tener una manta ignífuga
Por todo ello, aquí te dejamos 6 motivos por los que deberías tener una manta ignífuga (si aún no la tienes):
- Es un elemento de protección muy económico en relación a sus múltiples usos y no requiere mantenimiento. Una vez que se usa, se sustituye por otra y listo.
- Su uso es muy sencillo y no requiere ningún tipo de formación para poder manipularlo, por lo que cualquiera puede tenerla y usarla (incluso personas con capacidades físicas limitadas).
- Es un producto tremendamente versátil: sirve tanto para uso profesional como uso doméstico (cocinas industriales, laboratorios, centros petrolíferos, cocinas domésticas, coches, caravanas…).
- Es efectiva para bloquear el calor y actuar como barrera a la hora de huir de un incendio; solo tiene que cubrirse con la manta ignífuga y correr hacia una zona segura. Además, si cubre a una persona cuya ropa está en llamas, podrá salvarle la vida.
- La puede guardar en cualquier lugar, lo que permite tenerla siempre a mano y recurrir a ella de forma inmediata en caso de requerirse. Cabe debajo del asiento de vehículos, en cualquier armario de la casa, en cajones de oficina, puede colgarla cerca de los fuegos de una cocina…
- No genera gases tóxicos, ni residuos que dañen elementos externos como sí puede ocurrir con otras formas de extinción.
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